EL PARTO DE PAU
La verdad es que ya hace días que pienso en escribirte un mail explicándote la experiencia y agradeciendo las clases, que me fueron de perlas el día del parto pero también ahora, que no paro de dar el pecho y de levantarme y sentarse y levantarme, etc … El parto fue muy bonito, a pesar de que no fue nada respetado. Parece una incongruencia pero lo cierto es que he querido quedarme con la parte positiva de todo y tengo un buen recuerdo, un recuerdo bonito. Di a luz a la semana 41 y 2 días. Las contracciones me vinieron a la madrugada, a las 3. Eran intermitentes y desperté a mi compañero. Él, muy bonito, me preparó el comedor todo de alfombras y cojines y velas y luces. Precioso. Dos días antes recordaba tus instrucciones y me decía que sería un momento muy romántico (y así fue). Yo me duché y bailaba derecha para pasar las contracciones, que eran bastante regulares (cada 7 minutos). En el comedor empecé pasando el dolor a cuatro patas y después sobre la pelota y apoyada en la mesa (pero lo que mejor me iba eran las 4 patas, sin duda). El dolor iba in crescendo pero él me tocaba los puntos y me ayudaba mucho a pasarlas. Lo curioso es que a las 9.30 de la mañana me pararon, de golpe, de modo que pensamos que aquello no era el parto, que era falsa alarma. Fuimos en el Hospital para monitores y visita (teníamos hora planificada a las 11h). Allí la gine me tocó y me dijo que estaba dilatada de cinco y me envió a paritorios directa. Y es aquí donde comenzó la aventura. La comadrona, me rompió la bolsa. Le pedí que fuera un parto lo menos medicalizado posible y que no me pincharan oxitocina. Sólo te diré que de no tener contracciones pasé a tener un dolor descomunal. No me dejaron levantar de la camilla y pedí la epidural. Estaba dilatada de 7. El resto fue todo coser y cantar y la verdad es que disfruté mucho, a pesar de las cosas que me hicieron (me subieron encima para empujar el niño, me hicieron dos puntos y me manipularón el coxis). Llegué a la sala de dilataciones a las 12.30 ya las 17 ya había nacido en Pau, sin sufrimiento, sanísimo, guapísimo y encantador 🙂 A pesar de la decepción de saber que no habían respetado mis preferencias, tengo un recuerdo precioso y la imagen de mí sacando el niño más bonito del mundo con mis manos todavía me hace llorar 🙂 Qué experiencia más emocionante … Un beso muy grande y muchas gracias por tu ayuda y tu interés!
Alba
PARTO DE MARÇAL
El parto fue increíble. Ambos en disfrutamos muchísimo. Aunque al final finalíssim las cosas se complicaron un poco (en Marçal venía con el cordón de «bandolera») y tuvieron que hacerme episiotomía y ponerme un pelín de epidural, TODO el proceso previo fue brutal. Llegué a los 10 cm de dilatación a un ritmo buenísimo y dejando pasar el dolor de una manera casi narcótica (estaba como colocada, creo). Y con Marc muy muy cerca. Mira por donde mi instinto no fue el de parir sola, sino el de tener mi hombre tocándome todo el rato. Y evidentemente, todo esto no hubiera pasado así sin las clases. 30 millones de gracias, de verdad. Las ganas con las que afrontábamos el parto crecieron exponencialmente ya durante las semanas de las clases, a medida que nos ibas mostrando cosas. Y en el momento de la verdad, no sólo estábamos súper entusiasmados cada fase, sino que, encima, todo lo que habíamos trabajado contigo afloró de manera súper instintiva y primitiva. Muy inconscientemente pero con los puntos necesarios de conciencia para ir a favor siempre, nunca en contra. Fantástico todo. Tanto, que al día siguiente ya estábamos aireando por el mundo que nos lo habíamos pasado teta. Ah, Marçal, mama súper bien, se enganchó a la sala de partos, un minutos después de nacer. Un abrazo enorme,
Laia
RELATO NACIMIENTO DE GRETA
Rut, queríamos contarte que el 30 de septiembre nació Greta! El parto fue muy bien, hice mucho trabajo en casa toda una noche y cuando llegué al hospital ya estaba de 6cm. Lástima que se hubiera alargado un poco porque la niña venía un poco de lado y le costaba bajar, si no hubiera sido expreso. Pero al final fue un parto natural muy bonito, un súper trabajo en equipo con Sergi, mi compañero. Fue mucho más corto que los 3 días de mi primer parto, y la niña esta vez nació bien despierta! Ah, y parí de lado con Sergi aguantándome la planta del pie, te acuerdas que habíamos practicado mucho esta posición? Total, que te pensamos muchísimo y damos gracias por las sesiones que hicimos juntos. Gracias, gracias, gracias, estamos muy felices!! Esperamos algún día presentarte nuestras hijas personalmente.
Cristina
RELATO DEL NACIMIENTO DE JOEL
Pues Joel todavía tardó 10 días en querer salir, estaba tan bien a la barriga … El parto fue bastante largo porque yo no dilataba, estuvimos en casa haciendo los movimientos, sobre todo el de la pelota de rodillas. Estuvimos durante 7 horas en casa con contracciones cada 3 minutos así que pasado este tiempo hicimos hacia el hospital. Allí, se me quedaron porque a pesar de sólo estaba dilatada de un cm, ya que tenía contracciones muy seguidas. Me dieron una habitación y aunque estuve 17 horas más haciendo los movimientos de dilatación que me ayudaban a pasar mejor las contracciones. Sin embargo, después de tantas horas sólo había dilatado 3 cm. Era la segunda noche sin dormir ni comer, y estaba desfallecida, aunque quería seguir pero mi cuerpo no podía, físicamente estaba agotada. Por suerte, con el cambio de turno vino una partera muy agradable que me habló claro: tenía el cuello de útero muy duro y tardaría mucho en dilatar. Me dijo que si quería que siguiera y que ella iría viniendo a hacer los contactos y escuchar al bebé, pero hablando con mi pareja determinó bajar y ponerme la epidural porque era inviable seguir sin energías con aquellas contracciones tanto seguidas y fuertes. Con la anestesia (muy desagradable de repente por estar haciendo un trabajo de parto tanto inactivo) tardé todavía 8 horas a dilatar hasta 10 cm para que la comadrona me puso la oxitocina sólo 5 respetando la «no prisa» que teníamos hacia el parto. Así pues, todo fue fluyendo, y ciertamente, en este caso la epidural me sirvió para poder guardar un recuerdo un tanto menos drástico del parto en tanto que el cansancio quedó en segundo plano y tuve fuerzas para, después de 34 s, empujar y finalmente abrazar, piel con piel, mi hijo recién nacido. Afortunadamente pues, coincidimos con un «angelito» de comadrona que nos trató de lo mejor y, además, me asistió el parto mi ginecólogo que hizo un gran trabajo ya que después de todo el periplo no necesité episiotomía . El segundo día, ya me daban el alta para ir a casa. Este es el relato. Es como si hubiera vivido dos partes: parte natural y parto asistido. Lo que es evidente es que en un siguiente parte, volvería a intentar hacerlo natural, recurriendo como en este caso a la anestesia por agotamiento.
Laia